jueves, 31 de mayo de 2007

2 late 2 b on time

Cierto tiempo, y después no mucho meditarlo...

Sé que este no es un buen tema para que se convierta en el primer blog en esta pagina en la que colaboro con mi amigo. Sin embargo, de algo tengo que hablar y...

La oficina huele a viejo o es sólo los recuerdos que siguen vivos en las paredes, es el olor del dinero en esas cajas de madera repletas de papeles in entendibles, indistintos y tan presentes en los pequeños espacios a llenar con la escrupulosa necesidad impregnada en cada registro.

Vuelve a mi, y dices una sentencia de reclamo que apenas pudo entender mi corazón clavado en los ojos de la in expresión enmarcada en un reflejo provinciano. Y dices, no puedo. Y yo que vengo de tan lejos. Y es que el tiempo no existe en tan cortas distancias y ese desgraciado es mi enemigo al acordarse de mi en esa circunstancia.

Soy culpable, sin embargo; el piso se levanta y ya entrados en ánimos de ofender busco cualquier pretexto para descargar mi furia. Encontré una fuga y he visto por donde se escapa la luz de mi alma. Estoy triste y no he de poder cerrar la herida, pero he de sanarla con un gran cóctel, un helado o con la vista vagando en una planicie infinita de desperdiciadas tierras agrícolas.

Tenga una buena tarde señora de pocas palabras, tenga una buena vida señor de honor y de horarios y promesas pertinentes en tardes de encarnizada desesperanza.

Y con una compra has de sanar tu herida, con un pastel has de calmar tu hambre, con una sonrisa has de librarte de tus sueños, con un boleto has de regresar a casa y con una llamada el amor de tu vida calmará tu atormentada alma.

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